Somos la familia Ponomarenko

Somos la familia Ponomarenko

Vivíamos en la ciudad de Stakhanov, región de Lugansk. Nuestra área fue ocupada hace 9 años y tuvimos que dejar la casa para que nuestros niños pequeños no vieran los horrores de la guerra. Nos mudamos a Jarkov donde esperábamos encontrar un hogar. Pero después del comienzo de una guerra a gran escala en Ucrania nuevamente nos vimos obligados a huir del bombardeo con 4 niños. Esta vez decidimos irnos de Ucrania a Polonia. Pasamos 3 días en Cracovia en la estación de tren. Allí se nos acercaron voluntarios de Cruzada por los Niños y nos ofrecieron ir a España. Decidirnos por un viaje fue difícil, emocionante e inesperado porque nunca antes habíamos viajado y España está muy lejos de Ucrania. Asi llegamos a Madrid.

Al principio fue difícil porque la vida en España es diferente a la vida en Ucrania. Nos sentimos inseguros, confundidos, a veces daba miedo, pero nuestros amigos de Cruzada por los Niños nos ayudaron, nos apoyaron moralmente, nos ayudaron a aprender español, ayudaron a encontrar una escuela para nuestros niños, estudiando la historia y cultura del país, atendidonos como a su propia familia. Las palabras no alcanzan para expresarles nuestro agradecimiento. Gracias a sus esfuerzos podemos vivir en paz y estamos seguros de que mañana despertaremos y todo estará bien. Gracias a sus esfuerzos entendemos que España es un país amable y hospitalario, es como la Tierra en miniatura. Aqui vive gente de todo el mundo, son muy diferentes y España acepta a todos y les dice «Bienvenidos».

Explorar y descubrir España y su corazón, Madrid, es muy interesante. Son tan multifacéticos,  hermosos y contrastantes. Nos sorprendió ver palmeras y cactus del sur creciendo junto a cedros del norte, campos florecientes debajo y nieve en lo alto de las montañas, loros volando con palomas en invierno, ciudades ruidosas y el silencio de los lagos de montaña, edificios antiguos junto a la arquitectura moderna, rica historia y muchas culturas diferentes combinadas armoniosamente en una sola. Esto es admirable. Así vimos España y sus habitantes.

Un año después nos sentimos más tranquilos y confiados, y entendemos que tomamos la decisión correcta de venir aquí. Queremos decirles a nuestros amigos de Cruzada por los Niños, a Madrid, a España, «Estamos muy agradecidos con ustedes. Los amamos. Dios los bendiga».